Se encuentra usted sobre la antigua Era de la Platera, en Bérchules. Generalmente, las ERAS son superficies circulares y empedradas que se sitúan en zonas expuestas al viento. En ellas los agricultores realizaban dos tareas fundamentales: la “trilla” y el “aventado” mediante las cuales, conseguían separar el grano de su envoltura para su posterior aprovechamiento. El declive de la agricultura en la Alpujarra, ha determinado que muchas de estas eras hayan quedado en desuso y presenten un mal estado de conservación. Esta era se ha recuperado como mirador para aquellos que quieran disfrutar de las maravillosas vistas de la Alpujarra y su paisaje que desde aquí se le brindan.

Los usos que el hombre ha hecho del agua en la comarca de La Alpujarra, han condicionado y determinado su paisaje. Curiosamente, la agricultura, suele ser un elemento que viene a empobrecer la calidad visual del territorio. Sin embargo, en La Alpujarra ocurre todo lo contrario y ante nosotros tenemos una muestra de ello. El sistema de cultivo en bancales, que no hubiera existido sin la compleja red de acequias existente, vino a conciliar los intereses productivos con la preservación y originalidad de las vistas de las que disfrutamos.
Otro de los usos del agua, ligado asimismo a las acequias, es el del aprovechamiento de su fuerza, para generar energía eléctrica. Fíjese cómo el antiguamente llamado “Canal Electrica Guadalfeo” conduce el agua, para que, tras ganar altura respecto al cauce del río Grande de Bérchules, la deje caer hasta la central hidroeléctrica y conseguir así generar energía.
Los Bérchules es un municipio de la alpujarra granadina, formado por los pueblos de Bérchules y Alcútar que aparecen en primer plano en esta panorámica. En el centro de la vista se presenta la población considerada por el hispanista Gerald Brenan como el «ombligo de La Alpujarra»: Cádiar. Este pueblo goza de una posición estratégica siendo el nudo central de comunicaciones de la comarca alpujarreña, tanto en el eje este a oeste como en el norte-sur.
Quizá la vista que tiene ante sus ojos sea la más variada en lo que a tipos de paisaje se refiere. El paisaje serrano, a sus espaldas, a su izquierda con la loma de de Cortes y derecha con un inmenso castañar de ejemplares centenarios, del cuál solo vemos una pequeña representación desde este lugar. El urbano y agrícola de montaña, con los tejados típicos alpujarreños o “terraos” y los bancales para pastos y cultivos. En cotas más bajas, las zonas de vega, cercanas al río Guadalfeo, a modo de transición hacia la sierra que vemos en el horizonte. Se trata de la Sierra de “La Contraviesa” o Alpujarra baja, donde los cultivos de vid y almendro, muy importantes en la región, tapizan su superficie de colores diferentes a lo largo del año.