Era de Nieles

Se encuentra usted sobre la antigua Era de Nieles. Por lo general, las ERAS son superficies circulares y empedradas que se sitúan en zonas expuestas al viento. En ellas los agricultores realizaban dos tareas fundamentales: la “trilla” y el “aventado” mediante las cuales, conseguían separar el grano de su envoltura para su posterior aprovechamiento. El declive de la agricultura en la Alpujarra, ha determinado que muchas de estas eras hayan quedado en desuso y presenten un mal estado de conservación. Esta era se ha recuperado como mirador para aquellos que quieran disfrutar de las maravillosas vistas de la Alpujarra y su paisaje que desde aquí se le brindan

La panorámica que vemos al frente nos muestra la zona de transición entre la Alpujarra Alta y la Alpujarra Baja (Sierra de La Contraviesa), que podemos observar en el horizonte. El río Guadalfeo es el que divide a esta comarca en esas dos grandes áreas. El barranco que aparece en primer plano es el del río de Nieles, afluente del Guadalfeo.

Intente localizar, utilizando la imagen de guía, la loma de Lobrasán. Si se fija, verá que un camino la recorre a media ladera. En realidad es más que un camino: se trata de la acequia de Lobrasán, ahora cubierta y por donde transcurre un sendero señalizado cuyo trazado está documentado en los libros de apeos del siglo XVI: la Ruta Medieval.

Como puede observar, la práctica ancestral de la agricultura determinó la belleza del paisaje alpujarreño. La puesta en uso agrícola, durante la Edad Media, de zonas de montaña orientadas al sur, secas y desoladas, exigió la aplicación de ingeniosos sistemas de irrigación. Entre ellos, encontramos los “criaderos de agua”: En zonas determinadas, se deja encharcar la tierra con el agua de las acequias que vienen de la Sierra, formándose escorrentías subterráneas que, a los quince o veinte días, originan surgencias de agua (fuentes) en las zonas más bajas. Las fuentes principales de Nieles tienen su origen en criaderos situados por encima, junto a la Era del Cerro, o en las antiguas minas de San Blas.

Otra peculiaridad alpujarreña es el contraste de la vegetación exuberante de fresnos, álamos y almeces ligada a ríos y barrancos húmedos, frente a la más seca formada por matorral de tomillos, bolinas, aulagas, retamas y romero principalmente.

Aproveche que se encuentra en la era mirador de Nieles para observar detenidamente las antiguas máquinas de trillar y aventar utilizadas hace años. Nos parecen muy antiguas; sin embargo, fueron un hito en su época ya que sustituyeron la fuerza del animal para trillar y la penosa labor manual que suponía el aventado

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