
Se celebran el último domingo de Abril y el segundo domingo de agosto, en honor a la virgen de la Cabeza. En estas fiestas destacan los «diablillos». Son dos o tres jóvenes disfrazados con caretas y vestimentas hechas con tirillas de telas de colores. No falta el «zapeo» que consiste en ofrecer una cantidad de dinero a estos diablillos, obligando a realizar una carrera o corría a una persona en concreto. Estos diablillos, junto al » entierro de la Zorra», aportan una nota de humor, colorido y picaresca a las fiestas.